Este café arábigo natural de altura, cultivado en los cafetales de Chaguarpamba y Olmedo, representa la esencia auténtica de las montañas ecuatorianas. A una altitud donde el clima y la tierra se fusionan para crear condiciones únicas, cada grano absorbe las características propias del entorno, adquiriendo un perfil de sabor distintivo y complejo.
El proceso de tostado oscuro potencia su intensidad, liberando los aceites naturales que dan lugar a una bebida robusta y profunda. Su perfil aromático revela notas frutales sutiles, evocadoras de la diversidad de árboles frutales que crecen en la zona, lo que proporciona un dulzor natural y equilibrado. Esta combinación de altura, origen y tueste resulta en un café de cuerpo pleno y de acidez moderada, ideal para quienes buscan una experiencia rica en cada sorbo.
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